POR: Lady Katherine Torres Peña
083050942008
Universidad del Tolima
Lic. Lengua castellana
V semestre / grupo 1
“el hombre que no conoce su lenguaje vive
probablemente, vive a medias, aún menos…”
(Pedro Salinas, Defensa del lenguaje)
Cada época de la historia ha traído consigo su propio relato de literatura vivenciándose con más auge desde la creación de la imprenta, cuando el libro coge la fuerza necesaria para convertirse en el símbolo de la literatura y del lenguaje. Pero es en la actualidad donde ese símbolo se ve degradado por el hipertexto; pero acaso ¿la tecnología puede sustituir el código impreso?
Obviamente la tecnología se ve reflejada en los medios de comunicación masivos, como es el caso de la Internet, la cual se ha convertido en una herramienta que desplaza en algunos aspectos las tradiciones culturales que hacen parte de la formación de un ser humano integral, como es el hecho de tomar un libro y realizar lectura o el hecho de visitar una biblioteca para buscar información necesaria. Sin querer demarcarla como herramienta inútil, es solamente que el ser humano debe razonar y ser autentico al hacer un buen uso de la tecnología. Pues “se trata de manipularlos a ellos y no ellos a nosotros y manipularlos al servicio del crecimiento humano”. [1]
Ahora bien, si nos situamos en hacer una reflexión de la degradación del texto, nos encontramos con el hipertexto que como afirma Landow, este ultimo “refleja una creciente democratización o reparto del poder”, en donde el hipertexto facilita la adquisición o acercamiento al texto como arte tecnológico, dejando atrás el arte moderno que daba estética y sentido a las obras impresas.
El hipertexto, es un punto actual que nos arroja la vía tecnológica, el cual no es igual a el libro impreso pues desde la “iconografía artística que utiliza construye un mito de simulación a la realidad” [2]. Mito que no deja a la mayoría de los seres humanos despertar ante su consumismo de masa.
¿Qué el texto es activo o inactivo en la Web?, es complejo responderlo, pero a mi modo de pensar y basada al “hipertexto y literatura “de Jaime Alejandro Rodríguez; considero que pueda que sea activa en la medida en que se puede acceder a varias obras simplemente al estar frente al monitor, de igual manera porque Michael Bieber [3] define el Hipertexto como el concepto de Inter – relacionar (enlazar) piezas de información y utilizar esos enlaces para acceder a otras piezas de información relacionadas (un elemento de información o nodo puede ser desde una simple idea hasta la porción de un documento); permitiendo al lector buscar nuevas entradas en las cuales afianzara en el tema a trabajar.
Pero a su vez, veo que el proceso lector frente a una pantalla es inactivo porque deja atrás la sensibilización y el hecho de poder involucrarnos en la obra a medida en que pasamos una a otra pagina.
Es cierto que “el hipertexto nos ofrece un texto plegado, de ahí que la lectura de un libro electrónico despliega un discurso mas o menos extenso” [4], más no un conjunto de fragmentos con los cuales al conexionarlos descubriríamos el verdadero sentido literal. O de lo contrario donde queda el hecho de poder señalar lo significativo que podemos ubicarlo en una pagina determinada, para mi, eso es placentero y enriquecedor; y porque no, a partir de lo señalado realizar un graficador de pensamiento.
De este modo el código o símbolo literario, es decir, el libro impreso, se ve desplazado por una revolución electrónica que violenta y degrada a los textos impresos. Dicha tecnología y sus medios hacen que los seres humanos pierdan el habito de lectura, pues en la red se encuentran enlaces y hasta resúmenes de las diferentes obras literarias, pues “los medios electrónicos hacen menos interesante y necesaria la lectura” [4]
Ahora bien si intentamos dar una definición de literatura, no hay nada más real sobre esto que lo que afirma Borges cuando indico que la literatura es una forma de felicidad. Forma que debe sensibilizarse desde el hogar, desde el aula y en los diferentes espacios en los que se desarrolla el ser humano. Dicha felicidad se puede cultivar desde un proceso tan simple, como es el hecho de leer.
Leer y tomar un libro en las manos es llegar a tomar sentido a cada obra, es algo plenamente humano que no puede llegar a degradarse por un avance tecnológico, pues más que un símbolo, el libro impreso es una herramienta que permite tener vivas las culturas, el pasado, el presente y porque no imaginar nuestro futuro.
En síntesis, podríamos decir que aunque la tecnología a aportado grandes avances a la humanidad en diferentes campos, es el lector el que elije su propio camino; el primero es el de escoger el hipertexto como recurso de lectura, o el segundo, el de continuar con el arte de leer una obra impresa. Y es tarea de los padres y docentes el cultivar en el ser humano desde temprana edad ese hábito de manera significativa para que haga trascendencia en su formación.
1. HEIDEGGER, Martín. 1951.
2. ARZOZ. 273
4. KERNAN 145
No hay comentarios:
Publicar un comentario